Deformidades y malalineamientos óseos
Los huesos pueden deformarse por muchas razones. Estos incluyen causas congénita (desde el nacimiento), de desarrollo (de crecimiento anormal en la infancia) y postraumático (posición deformada después de una fractura).
Los huesos pueden estar deformados en angulación, rotación, translación y/o acortamiento.
Aunque cada uno de los diferentes tipos de deformidades de los huesos puede existir por sí mismo, es muy común ver combinaciones de dos o más de estos componentes deformidad juntos.
La forma más común de tratar estas deformidades en adultos es con osteotomías correctoras (corte del hueso). La osteotomía correctiva requiere de fijación, ya sea interna o externa, para estabilizar el hueso después de la osteotomía.
La fijación interna se utiliza en casos de corrección aguda. La fijación externa se utiliza cuando es preferible o más seguro corregir la deformidad gradualmente.
En los niños, la corrección de deformidades gradual también se puede lograr por grapado (llamado hemiepifisiodesis) o detención de un lado de la placa de crecimiento. Esto detiene el crecimiento de ese lado mientras que el otro lado de la misma placa de crecimiento continúa creciendo. Una vez que el hueso se endereza, la grapa puede ser retirada para permitir el crecimiento simétrica de toda la placa de crecimiento. Este procedimiento tiene la ventaja de ser mínimamente invasiva y con frecuencia se lleva a cabo de forma ambulatoria. El inconveniente de esta técnica, es que la deformidad puede recurrir en nińos una vez retirada la grapa, por lo que hay que controlar en forma periódica al paciente.
Ejemplo de fijador externo para corregir deformidades en femur, tibia y/o pies.
Corrección de malalineamiento en niño en crecimiento: "placas en 8"


